mi inspiración mas real y sincera siempre van a ser las personas que tengo alrededor. Son las verdaderas musas y musos de mis creaciones. Por balurdas o interesantes que puedan parecer, son mis creaciones.
De esto vengo hablando hace tiempo; ahora siento que es como una energía en el ambiente que nos hace pensar un poco así. Pero ¿qué tiene de malo querer más?
Hace un día apenas, hablaba con mi hermosísima amiga T, que está pasando por una crisis de falta de “muchosidad”, como ella misma lo describe. Al parecer se basa en sentirse menos o sentir que merece menos. Como si tener ambición fuese algo que no se le permitiera a alguien como ella, como yo, como nosotras.
Por otro lado, hace aproximadamente tres meses, subí este video a Instagram:
“a veces siento que soy demasiado. Que me visto demasiado. Que hago demasiado. Pero ahora, yo quiero; yo quiero ser demasiado”
Siento que como mujeres, a veces sentimos que pedimos de más, que soñamos de más, que insistimos más, que somos más intensas, que nos emocionamos de más, a veces que damos más y muy pocas veces aceptamos que queremos más. Pero si estamos aquí para hacer más y recibir MÁS ¿por qué nosotras mismas nos limitamos?
Cada vez que escucho algo común en mis amigas, me gusta anotarlo, prestarle atención, buscar si es un trend en tiktok o si de verdad es algo que estamos queriendo asumir como sociedad. Lo cierto es que esto es lo que muchas de nosotras estamos sintiendo y que interesante empezar a notar que “querer más” es parte de nuestra naturaleza, pero es porque normalmente DAMOS TANTO, que por eso esperamos un poco más de los otros.
Sin embargo, he notado también, que como damos tanto, queremos o creemos que necesitamos controlar lo que nos devuelven o lo que el mismo Universo nos devuelve cuando estamos “esperando” más. Y como parte natural del control, muchas veces la gracia de recibir se pierde, porque nuestras expectativas son tan cuadradas y tan limitadas que cuando recibimos más o de una manera diferente, nos agüitamos y pensamos que no es suficiente.
Así que desde mi experiencia esperando o teniendo las expectativas más altas y más desproporciónales con la realidad, esto es lo que he venido aprendiendo y como he empezado a ver que mi muchosidad es valiosa, pero que también el Universo me respalda a su manera; que es mucho más interesante, compleja y abundante que la manera en que yo mundanamente espero recibir de la vida.
Primero entender que el control que queremos ejercer en otros y nuestra propia vida es real. Muchas veces, somos controladores de las maneras mas inesperadas posibles. Y no notarlo nos mantiene en una frecuencia bajita, triste de inconformidad no sana. Así que, reconocer en qué aspectos de nuestras vidas somos controladoras es el primer paso para atender ese perfeccionismo desmedido con la vida. Un tip para esto es preguntarte ¿qué me hace sentir insegura? ¿Qué cosas creo que si estarían en mis manos, saldrían mejor y por qué? Anotarlo o pensarlo sin anestesia, sin querer verme “bien” en la hoja. Solo escupirlo como vomito.
El segundo paso sería, desde el amor y la compasión decirte a ti misma que aunque tu manera podría ser “mejor”, no puedes cambiar nada de lo que está pasando. Muchas veces pensamos que si podemos. La verdad es que tenemos menos control de la vida, familiares y cosas de lo que pensamos. A veces ni siquiera podemos controlar como el cuerpo propio reacciona a cosas nuevas que estamos experimentando. Entonces, ser realista y mirar las cosas como son y no como querrías que fueran, nos da la libertad de apreciar y de vivir la vida de manera más simple y relajada.
El tercer paso es claramente agradecer. Qué increíble lo mucho que puede cambiarte la perspectiva el solo hecho de reconocer lo bonito de la vida. Agradecer lo abundante que eres, las amigas que tienes, el agua caliente, el café de la esquina, los besos de tu perro o la persona que te sonrió en la calle. Agradecer es un antídoto para muchísimas cosas en la vida y tenerlo como prioridad cada día, de verdad que te cambia un montón el deseo de controlar y te abre a nuevas maneras de vivir. Parece mentira que algo tan simple puede cambiarte tanto pero es real.
Y bueno por ultimo, buscar centrar toda la energía que usamos para controlar en algo que de verdad te apasione o te llame la atención. Para esto seria buenísimo preguntarte ¿qué cosas disfrutabas de chiquita hacer? ¿Qué cosas hacías solo por diversión? Siempre empezar es lo más difícil. Pero si te gustaba pintar con crayones, tomar fotos o mirar una serie especifica, puedes hacerlo. Hacerse preguntas tan simples como esas nos dan luz en conocernos más profundamente y así atrevernos a volver a nuestra real yo y no a la mascara que hemos construido con el tiempo.
Para recibir y ejercer la “Muchosidad” en nuestras vidas, es imperativo, soltar lo que nos mantiene lejos de ella. Y no tenerle miedo a esa nueva manera del Universo de decirte que le importas y que quiere darte más. A veces lo más difícil de lograr cosas, no necesariamente es manifestar. Creo que lo más difícil; es verlo frente a ti y no darte cuenta que era lo que habías pedido. No poder apreciarlo porque lo esperabas de manera diferente. Lo esperabas a tu manera y no a la manera que es, que muchas veces es mejor de lo que esperabas.
La fotografía análoga me ha enseñado eso. Mis expectativas son totalmente diferentes a lo que aparece en el rollo. Y aunque sigo aprendiendo de la luz y la parte técnica de la cámara, amo demasiado las locuras que salen de exponer mi lente al mundo y mis ideas a las personas.
En Instagram está la historia completa de estas fotos. Espero hacer una versión extendida por aquí pronto y contar como conocí a Eli :D nos vemos más pronto que tarde. Con amor
Julia
Encantada de leerte!!🦋🤗🫂. Apuesto en este escrito los tres pasos.!! 🙋💖💯❤️😇